Cuando el gobierno establece un órgano de control para supervisar a Los Vengadores, el equipo se divide en dos frentes: uno, liderado por Steve Rogers y su deseo de que Los Vengadores mantengan la libertad de defender la humanidad sin interferencias gubernamentales, y, la otra, surgida a partir de la sorpresiva decisión de Tony Stark de apoyar la supervisión y rendición de cuentas al gobierno.