La historia se centra en Diógenes, un hombre solitario que vive en una humilde choza en las montañas, dedicado a la crianza de sus animales y a una vida de autarquía. Su vida rutinaria y pacífica se ve alterada cuando encuentra a una niña abandonada cerca de su hogar.
Diógenes, que ha elegido vivir aislado del mundo, decide cuidar de la niña, a pesar de sus iniciales reticencias. La presencia de la pequeña le obliga a confrontar su propio pasado y las razones por las que se ha distanciado de la sociedad. A través de la relación que se desarrolla entre Diógenes y la niña, la película explora temas de soledad, redención y el poder transformador de las conexiones humanas.