“SANA QUE SANA” Rogelio Pataquiva como “todero” de la Clínica Verde se ve enfrentado a una gran disyuntiva: apoyar a los “súpercalvos”, -niños con cáncer- lo que le significaría aplazar su sueño de conocer el mar o seguir con su vida “normal” y aburrida. La disyuntiva aumenta cuando Juanita, de ocho años y con cáncer, va a ser expulsada de la clínica por falta de pago. Después de reflexionar con empanada y gaseosa, Rogelio decide lo que le dicta su agitado corazón, por la cantidad de ají ingerido: antes que los niños y el cáncer, está su sueño de conocer el mar. Una decisión aprovechada por el gerente de la clínica para junto, a su cómplice contador, pasar todos los recobros por pacientes muertos y los que nunca han atendido. Previendo una auditoría por un error de cálculo, el Gerente y sus cómplices toman una decisión desfachatada: nombran a Rogelio gerente de la clínica. Lo harán si les promete que cerrará el pabellón de niños. De “todero” a gerente. Su administración es desastrosa. Logra no solo acabar el pabellón de niños, sino con toda la clínica que será demolida para la construcción de un gran proyecto de finca raíz. Por su mala administración y cambio en su trato, pierde la amistad de amigos y “parceros” quedando solo, abandonado y triste, además en la cárcel acusado de peculado y falsedad en documento público. Después de reflexionar que por encima de sus propios deseos está el de los niños, y de tener ensoñaciones divinas, escapa de la cárcel para emprender una titánica lucha por aclarar y luchar porque la clínica y en particular, el pabellón de niños vuelva a funcionar. En una gran aventura en la que los súpercalvos se convierten en súper héroes, Rogelio logra enfrentar a los malos haciéndoles pagar su osadía e infamia de robarse la plata de la salud, a la que tienen derecho todos los niños colombianos por igual y sin distingo.