Barnabas Collins, un hombre adinerado y de gran influencia en Collinsport, termina condenándose tras herir los sentimientos de Angelique, una bruja. Como castigo, ella lo convierte en vampiro y lo entierra vivo. Doscientos años después, Barnabas logra liberarse y se encuentra con que Collinsport ha cambiado drásticamente en 1972, y la mansión familiar está abandonada y en decadencia.