Una pequeña aldea al sur de Francia es, desde 1858, el destino de unos inverosímiles viajes: hombres y mujeres con todo tipo de dolencias y enfermedades que, por sí mismos o llevados por otros, llegan en peregrinación a la conocida como Gruta de Lourdes. Estas peregrinaciones hoy se siguen haciendo, pero nunca antes se habían grabado… desde dentro. Hospitalarios: Las manos de la Virgen muestra una realidad asombrosa. La belleza de la entrega irrumpe en la dureza de la vida golpeada por la enfermedad, para colmarla de dignidad, amor y visibilidad, como testimonio también de que, desde la enfermedad o la discapacidad, hay mucho que ofrecer al mundo.